Las aguas residuales que generan industrias y 1,5 millones de habitantes de Quito, capital de Ecuador, se vierten directamente en tres ríos, que van contaminando otras fuentes de ese recurso, mientras que la planta de tratamiento estará lista a finales de esta década.
La ciudad no cuenta con un sistema de tratamiento de aguas residuales y actualmente se vierten directamente a cada una de las quebradas de las montañas que la rodean. Los ríos Machángara, Monjas y San Pedro, que rodean a Quito, reciben diariamente 140 litros por cada uno, según cálculos de la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Alcantarillado (EMAAP).
El sistema de alcantarillado es mixto: es decir incluye las aguas servidas y también el agua lluvia. « El Machángara es un río que no tiene capacidad de asimilación de los desechos, consecuentemente su uso actual es de receptor de aguas residuales », dijo Antonio Gómez, director de Estudios del Programa de Saneamiento Ambiental de la EMAAP.
Hace unos 60 años los habitantes de Quito todavía salían a tomar paseos por las tardes a lo largo del río, ahora, el olor que emana impide estas actividades.
En América Latina, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un 15 por ciento de toda el agua residual colectada recibe algún tipo de tratamiento. En Ecuador solamente la ciudad de Cuenca cuenta con una planta de tratamiento.
Fuente: Ansalatina.com, 1 de marzo de 2011