El 26 por ciento de tuberías de agua potable y desagüe de todo Lima, equivalente a 11 755 kilómetros, colapsarían de ocurrir un gran sismo de 8.5 a 9 grados y tsunami con olas de 10 metros de altura y una afectación de 6 a 8 kilómetros.
Esa es la conclusión a la que arribaron recientes estudios del Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID) de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
Esto debido a que hace 300 o 400 años no ocurre un sismo de esa magnitud como el que se registró en el año 1746, con la diferencia que el nivel de informalidad de las construcciones que en Lima llega al 75 por ciento, hace que la ciudad capital sea más vulnerable a un evento de esa naturaleza.
El detalle de las zonas más vulnerables, las recomendaciones técnicas para enfrentarlos y otras acciones intersectoriales fueron hoy presentados a la prensa .por el decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI y representante del Perú ante la Asociación Internacional de Ingeniería Antisísmica, Javier Piqué del Pozo,
También estuvieron presentes los expertos Carlos Zavala Toledo, director del CISMID y los ingenieros Miguel Estrada y Zenón Aguilar. Los especialistas coincidieron en precisar que la mejor manera de afrontar estos eventos naturales que amenazan al Perú, es preparando a la población como parte importante de ese esquema.
Zavala reveló, por ejemplo, que de 1 800 municipalidades solo el 10 por ciento tiene catastro y de ese porcentaje apenas 10 de ellas exhibe catastro digital. « La carencia de esa información constituye un grave tropiezo para el apoyo de la banca o cooperación internacional », indicó.
Fuente: Andina, 10 de abril de 2012