Buenaventura, el principal puerto colombiano sobre el océano Pacífico, es una de las regiones del país con mayor índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), entre las cuales el acceso a agua potable y saneamiento en la comunidad escolar ocupan un lugar destacado.
Esta es una de las razones por las que en el primer trimestre de 2011, la Fundación Argos, Ecopetrol, S. A. y el Centro Regional de Producción Más Limpia (CRPML) con sede en Cali, Colombia, unieran esfuerzos para llevar a cabo un proyecto en la Institución Educativa Pablo Emilio Carvajal, sede La Misericordia, para el beneficio de algo más de 500 estudiantes.
La intervención incluyó la construcción de nuevas aulas bajo principios bioclimáticos, un sistema para la recolección de agua lluvia como fuente alterna de abastecimiento frente a los problemas de escasez del vital líquido.
La disponibilidad de agua permitió instalar baterías sanitarias, antes inexistentes, cuidándose de igual forma el recurso, con el uso de dispositivos ahorradores, como sanitarios de bajo consumo y orinales en seco. Luego de utilizada el agua, con el objetivo de limpiarla o reducir el contenido de contaminantes en ésta, se instaló un tanque séptico para minimizar su impacto cuando fuera descargada al entorno natural.
Terminado el proceso constructivo, las entidades involucradas decidieron realizar un seguimiento al proyecto, para conocer el impacto en la comunidad educativa, la apropiación de las nuevas obras, y en general para reconocer las fortalezas y debilidades. Para ello el CRPML invitó al Instituto Cinara de la Facultad de Ingeniería en la Universidad del Valle. Cinara se vinculó con estudiantes del último semestre de Ingeniería Sanitaria de Univalle para que analizaran el manejo dado al recurso hídrico en la institución educativa, en un trabajo dirigido por las ingenieras Inés Restrepo, Directora de Cinara y Paola Vásquez del CRPML.
La Hermana Rosario, o Hermana Sharo como la llaman todos de cariño, religiosa peruana y docente de la institución educativa, comenta como « antes a los alumnos les daba pena nombrar donde estudiaban, porque les decían que vivían y estudiaban en el hueco. Ahora lo dicen con orgullo y se sienten animados a venir, pues es uno de los colegios más bonitos de la zona ». De esta infraestructura, « las aulas y las baterías sanitarias fueron indiscutiblemente la novedad, porque las primeras eran paupérrimas y las últimas no existían », destacan profesores y alumnos sin dejar lugar a dudas, afirmando que los estudiantes se sienten más holgados, más frescos y más cómodos.
Al mejorar las condiciones de saneamiento los niños y jóvenes en condición de vulnerabilidad disfrutan de una vida digna en la escuela que les proporciona bienestar, algo tan importante porque es aquí donde pasan varias horas del día. Estos beneficios se observaron en el seguimiento a la institución educativa. En ésta, los conflictos y peleas que se generaban constantemente entre estudiantes, para lograr tomar agua o usar una de las dos únicas tasas sanitarias, desaparecieron con la instalación del sistema de agua lluvia y las nuevas baterías sanitarias. « Mire Hermana, vaya rápido que allá se están peleando en las tinajas del agua », es una de esas frases que la Hermana Sharo gracias a Dios no ha vuelto a escuchar.
Disponer de acceso a agua y a servicios sanitarios adecuados es fundamental para evitar la deserción de las niñas, que generalmente enfrentan condiciones supremamente críticas. Y es que son precisamente las niñas las que han demostrado una mayor apropiación hacia las baterías sanitarias, algunas alumnas de noveno grado se ofrecen incluso como voluntarias para apoyar y supervisar el aseo de los baños. Estas líderes orgullosas y seguras de la importancia de su papel, con un tono risueño y firme a la vez nos dicen que « Así nos digan regaladas y se nos burlen, seguiremos velando por la limpieza de los baños, porque a un baño sucio no vamos a entrar ». Reacciones como éstas, son las que demuestran que el proyecto ha logrado dignificar el ser humano, ha creado otra imagen de ellos mismos como personas, y hasta su misma presentación personal ha cambiado, ayudando a un mejor estado síquico y físico en el desenvolvimiento de los muchachos, nos comenta la Hermana Sharo.
Para la ingeniera Inés Restrepo, el proyecto se enmarcó dentro de las tendencias del saneamiento escolar a nivel mundial, que se centran en las habilidades para la vida, que incluyen los componentes agua, saneamiento, higiene y autocuidado de los estudiantes, y gestión ambiental en la escuela. A su vez, presenta aspectos innovadores en cuanto al tipo de tecnología adoptada y al desarrollo metodológico con el cual se realizó. Igualmente, resaltó la importancia de realizar seguimiento, monitoreo y educación, para garantizar los procesos de transferencia y apropiación desde el principio hacia los alumnos, profesores, padres de familia y comunidad, considerando éstas las claves del éxito para la sostenibilidad de un proyecto de saneamiento escolar.
En opinión de la Directora de Cinara, este tipo de proyectos son espacios muy importantes, porque los niños al ser como esponjas que todo lo absorben, aprenden de forma entusiasta y ayudan a transferir este conocimiento a sus familias, convirtiéndose el colegio en un punto focal desde el cual se pueden iniciar nuevos proyectos para toda la comunidad. En pocas palabras, para ella estos proyectos son innovadores, indispensables y educadores.
Contacto:
Ing. Paola Andrea Vásquez CRPML
Ing. Inés Restrepo Cinara