En Honduras diferentes organizaciones aplican distintos modelos de intervención para sus proyectos de agua y saneamiento en el país, incluso dentro de ellas mismas se presentan diferencias.
En general, en algunos casos estas diferencias comprenden aspectos menores, pero en otros pueden resultar mucho más sustanciales, tal como sucede entre las ONG y las entidades de gobierno, dado que las primeras en su mayoría ejecutan las obras de forma directa, mientras que las segundas suelen subcontratar las obras. Además, la existencia de distintos tipos de modelos implica una diferencia entre las actividades de participación comunitaria, municipal e institucional.
La diversidad de los modelos ha generado cierta innovación en mejoras a los mismos. Sin embargo, la diversidad también conlleva a que se presente cierta confusión entre todos los actores, además, limita la posibilidad de aplicar las buenas prácticas en los ciclos del proyecto.
Desde el enfoque de costos, los modelos de intervención también difieren en sus costos unitarios y sus líneas de corte, estas últimas definidas como el monto per cápita por encima del cual un proyecto no se considera financieramente factible. Incluso dentro de una misma institución se aplican diferentes costos unitarios o líneas de corte.
Esta situación se debe en parte al hecho de que los programas son financiados por diferentes donantes con sus propios criterios de costos, otra razón es la falta de entendimiento en el análisis de costos y los factores que influyen en ellos, lo cual también limita la posibilidad de aumentar la eficiencia en los proyectos. Esta situación se observa igualmente en las actividades de capacitación y de asistencia técnica.
El IRC, en conjunto con el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) y CONASA (Consejo Nacional de Agua Potable y Saneamiento), busca apoyar un proceso de homologación de modelos de intervención, en el cual se apliquen criterios de eficacia y eficiencia basados en un análisis de costos de los modelos de intervención. Como parte del inicio de este proceso, se llevó a cabo un seminario en Tegucigalpa el 3 de mayo de 2012, sobre homologación de modelos de intervención y sus costos, con la participación de las principales agencias sectoriales, representantes gubernamentales, ONG y cooperantes.
Los objetivos específicos del seminario fueron:
- Mapear las ventajas y desventajas de la diversidad de los modelos de intervención en el sector de agua potable y saneamiento en Honduras, y las posibilidades de homologarlos.
- Obtener una primera aproximación al uso de costos unitarios en los diferentes modelos de intervención que se aplican en el sector agua potable y saneamiento en Honduras
- Definir criterios de eficiencia y eficacia para la homologación de modelos de intervención
Durante el evento se presentaron ocho modelos de intervención utilizados por las diferentes instituciones del sector. (ver las presentaciones aquí). A partir de las presentaciones se estableció que hay “dos caras de la moneda” por el hecho mismo de la diversidad de los modelos.
- Por un lado, refleja la diversidad de contextos que requieren atención. Existen diferentes ámbitos de intervención con una diversidad cultural, geográfica y económica, a la cual estos modelos de intervención tratan de dar respuesta. Además, gracias a esta diversidad también se ha generado innovación.
- Por otro lado, conlleva cierta duplicación de esfuerzos, en el sentido de que diferentes organizaciones están desarrollando sus propios modelos de intervención y mejorándolos constantemente, sin poder aplicar lecciones de otros modelos. Además genera una posible confusión, tanto para las instituciones del sector, como para las comunidades y municipalidades, en aspectos como niveles de subsidio o cofinanciamiento.
Un proceso de homologación de modelos de intervención debe mantener una diversidad útil, indicando de forma explícita el tipo de modelo que debe aplicarse a determinado segmento de la población. Puede ser necesario desarrollar modelos específicos para ciertos segmentos. Por ejemplo, en comunidades con una población entre 800 a 1 000 habitantes, la participación comunitaria, tal y como se aplica en las zonas rurales, no funciona bien.
Se requiere desarrollar un modelo para este tipo de poblaciones, con otro enfoque para la participación de la población. Además, un proceso de homologación debería comenzar con la definición de unos principios comunes y estándares mínimos, luego, las diferentes organizaciones pueden hacer variaciones o ajustes particulares a estos modelos.
Los aspectos críticos en los cuales hay necesidad de realizar una homologación entre los modelos son:
- Niveles de subsidio y co-financiamiento, el aspecto en el cual hay más confusión, donde se pueden generar situaciones en las cuales comunidades y municipios vayan buscando el modelo de intervención que requiera una menor co-financiación.
- El tiempo y tipo de acompañamiento y apoyo en la post-construcción. Debido a que es un punto crítico para la sostenibilidad requiere de estándares mínimos que efectivamente se cumplan.
Uso de costos unitarios para homologación de modelos de intervención
En la segunda parte del seminario se discutió el uso de costos unitarios en la homologación de modelos de intervención. Stef Smits (IRC) presentó un marco conceptual de costos de ciclo de vida de los servicios en agua y saneamiento. En su presentación explicó cómo bajo la mirada de costos de ciclo de vida, se consideran categorías de costos adicionales que normalmente no se tienen en cuenta, como los costos de reposición de activos y del apoyo directo e indirecto. Además, se presentaron ejemplos de cómo los costos del ciclo de vida han sido utilizados en diferentes países.
Johnny Rojas del Instituto Cinara de la Universidad del Valle, uno de los participantes en el seminario, presentó el uso de costos unitarios en Colombia. Explicó que en el país andino se utilizan costos de referencia usados a nivel internacional, sin saber los criterios con los cuales fueron establecidos. Sin embargo, un análisis de costos unitarios reales en diferentes programas de agua y saneamiento rural, demostró que estos costos de referencia resultaron ser una aproximación adecuada a la realidad.
Los pasos siguientes
El seminario concluyó que un primer paso debía ser una sistematización de costos actuales de los diferentes modelos de intervención. La mayoría de las instituciones presentes expresaron la disponibilidad de sus bases de datos con este propósito.
La prioridad en la sistematización debería estar en:
- Costos de saneamiento rural, y conexiones intra-domiciliarias de alcantarillado, y así establecer la discusión sobre los niveles de subsidio a este tipo de infraestructura.
- Costos de fortalecimiento de prestadores y apoyo post-construcción, para homologar los tiempos de este tipo de apoyo
- Costos de reposición de activos.
- Costos indirectos de administración y manejo de programas y proyectosy para identificar posibles formas de mejorar la eficiencia.
Todo lo anterior debería enfocarse en primera instancia en las zonas rurales, ya que es allí donde resulta más común el uso de los costos unitarios. En las zonas urbanas se suelen hacer estudios financieros más específicos para cada caso. Además, en todo el análisis hay que vincular siempre los costos con el nivel de servicio o resultado alcanzado.
Para la sistematización se establecerá un grupo de trabajo conformado por el FHIS, SANAA y el IRC.
El informe final del seminario se encuentra disponible en: http://www.irc.nl/page/71937